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¿DUERMES ON LA LUS PRENDIDA O APAGADA?
El sueño es fundamental para la salud. La mayoría de los adultos necesita entre siete y ocho horas de descanso de buena calidad en un horario uniforme todas las noches.
Respetar las horas de sueño, según corresponda a la edad, e intentar mejorar la calidad del mismo tienen efectos positivos a corto y largo plazo. Los especialistas recuerdan que la falta de sueño se ha relacionado con enfermedades crónicas como la presión arterial alta o la diabetes. Además, algunos estudios han vinculado el descanso con la activación de la mente y la mejora del humor.
Dormir sin luz
El espacio donde dormimos también importa. La exposición, incluso a una iluminación ambiental moderada durante el sueño nocturno, en comparación con dormir en una habitación con poca luz, daña la función cardiovascular durante el sueño y aumenta la resistencia a la insulina a la mañana siguiente, apunta un nuevo estudio de Northwestern Medicine.
“Los resultados de este estudio demuestran que solo una sola noche de exposición a la iluminación moderada de la habitación durante el sueño puede afectar la glucosa y la regulación cardiovascular, que son factores de riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes y síndrome metabólico”, explica la autora principal del estudio, la doctora Phyllis Zee, jefa de medicina del sueño en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern y médico de Northwestern Medicine.
A su juicio, esta investigación demuestra lo importante de evitar o minimizar la cantidad de exposición a la luz durante el sueño. Los resultados indican que un efecto similar también está presente cuando se produce la exposición a la luz durante el sueño nocturno.
Aumento de la frecuencia cardíaca
La exposición a la luz artificial durante la noche durante el sueño es común, ya sea de dispositivos emisores de luz en interiores o de fuentes fuera del hogar, particularmente en grandes áreas urbanas. Una proporción importante de personas (hasta un 40 %) duerme con una lámpara de noche encendida o con una luz encendida en el dormitorio y/o con la televisión encendida, apuntan los investigadores.
El estudio, publicado en PNAS, probó el efecto de dormir con 100 lux (luz moderada) en comparación con 3 lux (luz tenue) en los participantes durante una sola noche. Los investigadores descubrieron que la exposición moderada a la luz hacía que el cuerpo entrara en un estado de alerta más alto.
En este estado, la frecuencia cardíaca aumenta, así como la fuerza con la que se contrae el corazón y la velocidad a la que se conduce la sangre a los vasos sanguíneos para que fluya sangre oxigenada.
Resistencia a la insulina
Además, los investigadores encontraron que la resistencia a la insulina ocurrió la mañana después de que las personas durmieran en una habitación iluminada. Según explican los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés), esta resistencia se produce cuando las células de los músculos, grasa e hígado no responden bien a la insulina y no pueden absorber la glucosa de la sangre fácilmente. Como resultado, el páncreas produce más insulina para ayudar a que la glucosa entre a las células.
A juicio de los investigadores, “estos hallazgos son importantes en particular para quienes viven en sociedades modernas donde la exposición a la luz nocturna interior y exterior está cada vez más extendida”.
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